viernes, agosto 17, 2007

La llave del buzón

Hay pequeños gestos, pequeños objetos, pequeños detalles y tonterías de nuestra vida cotidiana que no parecen en absoluto importantes, y que de golpe un día marcan el inicio de una nueva etapa.

Esta tarde ha ocurrido algo que esperaba desde hacía mucho tiempo y que parecía que nunca iba a llegar: mi hermano al fin se ha independizado. ¡Al fin se ha ido a vivir con su novia definitivamente! Me alegro muchísimo por él. Ya tiene 36 añitos... vamos que se lo ha pensado, pero jo, me había acostumbrado a que estuviéramos siempre todos juntos. Yo siempre me adapto muy mal a los cambios, no me gustan y me cuesta muchísimo acostumbrarme.

Durante los primeros 12 años de mi vida fuimos 5 en casa. Luego pasamos a ser 4. Durante estos últimos 12 años mi hermano ha sido mitad mi hermano, mitad mi padre. Me resulta rarísima la idea de que ya no me va a despertar por las mañanas cuando pone la radio y enciende todas las luces de la casa sin molestarse en cerrarme la puerta... el despertarlo todas las noches antes de acostarme porque se ha quedado dormido en el sofá... ver la tele juntos en su habitación cuando dan alguna serie o película de esas que sólo nos gustan a nosotros dos... las charlas sobre libros en su habitación, sentada en su cama... las mil peripecias con el ordenador, que nunca acaba de funcionar bien...

Ha sido sin más. Ha aparcado el coche en la puerta de casa y sin maleta ni nada: ha abierto el armario, ha sacado su ropa y la ha bajado con las perchas tal cual. Total se muda bastante cerca, la maleta es más un estorbo que otra cosa. Aún quedan cosas suyas en su habitación, vendrá la semana que viene a por ellas y entonces sí que definitivamente se habrá ido de casa. Pero el pequeño detalle que ha marcado la diferencia y que indica que sí, se ha ido ya, es la llave del buzón.

Antes sólo había una llave del buzón y siempre la llevaba mi padre. Cuando murió mi padre la llave se la quedó mi hermano. Hace dos años cambiamos la llave y se hicieron dos copias: una se la quedó mi hermano y la otra se perdió en las profundidades de algún cajón. Hoy mi hermano antes de salir por la puerta, ha desenganchado la llave de su llavero y la ha dejado encima de la tele de su habitación y me ha dicho "ahí te dejo la llave"... Después de media hora mirándola, la he enganchado en mi llavero. Parece una tontería, pero es un pequeño gesto cotidiano, el abrir el buzón, que siempre hacía mi padre, y luego lo hizo mi hermano, y ahora él no lo va a hacer. Esa minucia es la que me ha hecho ver el que sí, que se ha ido. Y al aceptar su llave he aceptado el cambio... y algunas de sus responsabilidades que pasarán a mí en breve. Y cuando las asuma, definitivamente una parte de mi infancia habrá pasado. Comienza una nueva etapa... A la que como siempre me va a costar adaptarme.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡La heredera de la llave! A veces, las cosas pequeñas, son las más importantes por el significado que les damos nosotros. Tú no te apures, que verás como tarde o temprano te acostumbras, aunque nunca vayas dejar del todo de echar de mneios a tu hermano...y piensa que le tienes al lado :D

Y de lo del palio tb me acordé ayer, fíjate, aunque te perdiste lo mejor, cuando acabó la carrera y todos se volvieron locos y sólo se hostiaban unos a otros!!

Un ebsazo wapa

sábado, 18 agosto, 2007  
Blogger Aelfeth said...

Yo me acuerdo cuando mi hermana mayor se estaba casando y al mismo tiempo yo le decía a mi hermana Baya de Oro medio lloriqueando que vale, que Elena (la mayor) podía casarse, pero que no se fuese de casa. Siempre estuve muy unida a ella. Como si fuese mi 2º mamá. Menos mal que se fué a vivir muy cerquita y tardaba sólo 10 minutos en llegar andando. Luego llegó lo bueno, vinieron los sobrinitos jejeje ^^

Tranqui, él se va, pero luego serás tita!!

domingo, 19 agosto, 2007  
Blogger Narquelië said...

bueno ya hablé ayer contigo y te dije eso, que ahora ves un hueco vacío y te pones triste, luego pensarás, un hueco vacío: espacio para poner frikadas!!! XD

Besos

miércoles, 22 agosto, 2007  

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